Ahí estamos. Intentando mantenerme a flote. No me apetece escribir hoy... No tengo ni ganas, ni nada que contar... Así que sí, ahí estamos. Fin de la entrada de hoy.

No sé cómo explicar (una vez más) cómo me siento. Creo que se me está empezando a ir la cabeza del sitio. Que alguien me regale un cilicio o algo, por favor. Porque se me da taaaaan bien lo de auto-flagelarme, que lo siguiente ya es eso. Me puede explicar alguien quién coño me manda ver las fotos del cumpleaños de Él??? En las que SÉ que sale ella, junto a él, riéndose, súper contentos y súper borrachos??????????? SOY GILIPOLLAS O QUÉ ME PASA?????? No tengo bastante con lo que me caliento la cabeza de normal, como para, encima, acabar viendo las putas fotos de los cojones. De verdad que me enfado conmigo misma.

Me he ido media hora a respirar un poquito de aire fresco, a fumarme un cigarro y a tranquilizarme. Y ahora que he vuelto, y releo lo que he escrito, me doy cuenta de que todo lo que me pasa son celos, puros y duros. Me JODE que esté con él. Hoy ha sido un día normal, han venido a casa a comer mi mari y su amore, hemos estado toda la tarde charrando, tan normal y tan bien. Sé que no estoy bien. Sé que no estoy en uno de mis mejores momentos. Pero también sé que lo superaré, y que el dolor pasará, etc etc etc como ya he dicho unos dos millones de veces. El caso es que, AHORA, es cuando no estoy bien. Y es AHORA cuando tengo que esforzarme más que nunca por superarme a mí misma. Es una etapa de la vida que se cierra. Igual que se cerraron otras tiempo atrás. Y tengo que intentar enfrentarme a ello de la misma manera: poniendo soluciones y sacando fuerzas de donde no las hay. Puedo hacerlo.

Poco a poco...

Hoy ha sido un día raro... un poco como la meteorología. Me he pasado el día entre luces y sombras, entre sol y nubes. He tenido un par de momentos de bajón del 15, pero he respirado hondo, he dejado la mente en blanco y he sustituido un pensamiento por otro más productivo. Entre ellos, el de seguir recogiendo cosas. Sólo me queda una caja por vaciar, que sé que son trastos de la cocina (que por cierto, no tengo ni puñetera idea de dónde voy a meterlos...). Hoy he empaquetado sus últimas cosas. Ya está todo preparado para el día que venga a por ello, sea sólo eso, que se lo lleve y ya está. No quiero que haya situaciones incómodas, en las que se apodere de mí el llanto. No quiero que me vea débil, porque no quiero sentirme débil. Quizá es cierto que intento demostrar demasiado mi parte "fuerte", pero es que ahora mismo necesito sacarla más que nunca. No quiero volver a venirme abajo. Ya lo he dicho en días anteriores: quiero estar bien!

Por lo demás... pues he quedado esta tarde (gracias, gracias, gracias! por las risas que nos hemos pegao), y mañana por la mañana será otro día.

Por hoy doy por concluido el día... No tengo mucho más que contar hoy... No ha sido un día especialmente difícil, pero tampoco ha sido de los mejores. Poco a poco, repito.

Día especial.

Se han vaciado cajas, y llenado otras. Se ha cerrado una etapa. Empaquetar sus cosas y apartarlas de mi mente me ha ayudado a cerrarla. No hay marcha atrás. No hay nada que reconquistar. Se acabó. Mi vida y su vida ya no van a confluir. Así que hay que remontar el vuelo.

Además, hoy he leído por primera vez una lista de todas mis "dificultades". Las conocía, pero leerlas hace que sean más de verdad, por decirlo de alguna manera. He escuchado cosas duras, y otras buenas. Me he sentido bien conmigo misma, pensando en que todas esas cosas que creía que eran "defectos", no son más que situaciones que pueden mejorarse. Se trata de re-aprender a ser yo. Dejar de ser el yo exaltado, irascible y "obsesivo", para DEJAR SALIR el yo que se exalta cuando debe, que se enoja cuando debe y que no se obsesiona. Quiero hacerlo. Estoy decidida a hacerlo. Por mí. Por los que me rodean y por los que me rodearán en un futuro. Quiero aprender y sentirme bien. Dejar de lado los miedos y el temor al fracaso. Si hay que fracasar, fracasaré... pero lo haré con otra perspectiva, con otra forma, con otros métodos de afrontamiento. Estoy ilusionada con esta nueva teoría en la que sólo importa una persona: YO. Y que todos los beneficios van a ser para mí. Y por extensión, como decía antes, se beneficiarán los que me quieren... porque volveré a ser yo misma, y las circunstancias que me rodeen fluctuarán, y yo lo haré con ellas.

Uf... Siento un alivio tan grande hoy!

OBJETIVOS DE HOY CUMPLIDOS!!!! (Menos lo de comprar tomate frito, que al final como me he ido sin lista de la compra, se me ha olvidado).

He quitado el polvo, he llevado al gato al veterinario y he bajado a comprar, he recogido el comedor y he quedado por la tarde a tomar algo con amigos. Orgullosa que estoy de mí misma, mare.

Y los de mañana, siguen ahí. Empaquetar sus cosas, y aprovechar para guardar las mías que aún me quedan por ahí desperdigadas.

La cuestión es que, darle vueltas una y otra vez a las cosas, posponer toda mi vida hasta encontrarle sentido a lo que he perdido y encerrarme en mi cuarto a llorar, no me sirve de absolutamente nada, salvo para darme dolor de cabeza, más ganas de llorar, y tener mi vida en suspensión. Así que se acabó. De aquí en adelante, a mirar al futuro. Más bien, al hoy. A hacer cada momento único, a aprender cada día algo nuevo, a hacer cosas que me hagan sentir bien, a hacer cosas que me gustan menos pero que tengo que hacerlas, y hacerlas con una sonrisa. Esa va a ser mi meta a partir de hoy. Sonreír. Avanzar. Luchar. Cambiar.

Pues después de un día sumamente improductivo, en el que no he hecho otra cosa que dormir y, tras levantarme y calentarme la comida, sentarme en el sofá a ver los últimos 7 capítulos de Perdidos, creo que voy viendo más o menos en lo que se está convirtiendo mi vida de soltera: un desastre. Para variar. Así que tengo que ponerle remedio YA.
Firme propósito para mañana: Quitar el polvo, pasar escoba, recoger comedor y comprar comida (esto último, impepinable ya. No me queda ni tomate frito para hacerme unos macarrones). Y por la tarde, llevar al gato al veterinario, y quedar a tomarme algo. Da igual con quien sea; pienso reirme e intentar pasármelo bien.
El miércoles lo tengo copadito ya: Recoger lo que me queda de la mudanza, empaquetar las cosas que aparezcan de ella para guardarlas en una habitación en la que no tenga que verlas todos los días, y visita con la psicóloga. Si luego tengo los ánimos, seguiré si me quedan cosas de la mudanza. Y si no me quedan, pues quedaré otra vez con quien sea, y volveré a repetir lo del martes: intentar pasármelo bien.
Me quedan todas las vacaciones por delante. ¡¡¡¡¡Las tengo dentro de 20 días!!!!! Hace como 3 años que no tengo unas vacaciones como tal. Estuve en el paro demasiado tiempo como para sentirlo unas vacaciones. Estoy cansada, necesito desconectar del trabajo, de los problemas de mis yayos y de las movidas que me encuentro a mi paso. Pero sé que ahora mismo es también una buena "terapia" para mí. Me ayuda a no pensar en "mis cosas". Pero esas vacaciones pienso aprovecharlas al máximo. Pienso disfrutarlas, salir, quedar con mi gente, con mis amigos, esos que están ahí desde el principio, a las duras y a las maduras. Quiero tomar el sol (poco, que luego me quemo). Quiero leer mucho. Quiero escuchar tooooooooodos los discos que tengo en casa. 2 veces. Quiero ver la serie "Twin Peaks", que no la pude ver en su momento, porque era muy pequeña para esas cosas, y saber de una vez quien mató a Laura Palmer!!! Pienso pasarme horas hablando por teléfono con mi mari, que ya me habré puesto el fijo y no me tendré que preocupar de la factura del móvil, y me iré de compras con ella para regalarle camisetas "heavys" para su niña. Pienso quedar con mi hermana y reirnos como sólo sabemos hacerlo nosotras, hasta encanarnos y que a ella se le salga la coca-cola por la nariz. O lo que sea. Quiero estar bien. Quiero superarme a mí misma, al dolor, a la ansiedad, a los celos, a la rabia y al sentimiento de culpa. Quiero Quiero Quiero Quiero Quiero!!!!!
Madre mía, qué caos de publicación!!

Carta a Ella

No sé cuando leerás esto... Pero necesito decirte que, pese a todo lo que he dicho esta tarde, yo tampoco quiero que desaparezcas de mi vida. A mí también me gustaría que llegara un momento en el que pudiéramos ser amigas, y tener una conversación normal. Pero ahora no me veo capaz. Cuando te escucho hablar, todavía recuerdo demasiadas cosas... me esfuerzo cada día por ser fuerte, por ser mejor y estar preparada para enfrentarme a todo... pero me está costando. Hace un mes que lo dejamos. Hace un mes que me dijiste que no sentías por mí lo que debías sentir. Y no puedo evitar pensar en que ha sido una decisión unilateral. Yo te sigo queriendo, sigo sintiendo por ti cosas que ahora ya no tienen sitio en tu vida. Sé que cuando me dices que me echas de menos, no me lo dices para hacerme daño, pero me duele, porque no me echas de menos como yo quiero. Y sé que siempre las cosas no pueden ser como uno quiere. Quisiera retroceder en el tiempo, un año atrás, y saber ver las cosas que no supe darte. Pero tampoco puedo hacerlo. Quisiera abrazarte fuerte, no soltarte, y que sintieras lo mucho que te he amado de golpe, que sintieras cómo todo el amor que he sentido por ti te invadiera, y no pudieras abandonar ese sensación nunca, y regresaras a mi lado. Pero no puedo hacerlo. Hay muchas cosas que no puedo hacer. Y tampoco puedo decirte muchas cosas que me gustaría decirte, pero no quiero que se malinterpreten. Espero poder decírtelas algún día. Te he querido muchísimo. Aún te quiero. Pero sé que superaré esto. Sé que dejaré de llorar, y que empezaré de nuevo a sentirme bien conmigo misma. Dejaré de culparme por todo, y dejaré de sentirme mal un día tras otro por haberme permitido el lujo de perderte. Sé que todo eso pasará, pero necesito tiempo. Necesito mantenerme alejada de ti, para que mi corazón y mi cabeza vuelvan a su sitio, y dejen de dar saltos de un momento a otro de nuestra relación. Has sido una persona MUY IMPORTANTE en mi vida. Y eso es algo que no puedo negar. Antes de ser pareja, fuimos amigas. Y si fui tu amiga antes es porque pensé que merecía la pena conocerte mejor. Toda tú me has parecido siempre interesante, por tu forma de ver la vida, por tu inteligencia, por tu sentido del humor... Eso fue antes de amarte. Después te convertiste en todo. No voy a dejar de pensar que eres una de las mejores personas que me he encontrado en la vida, porque he sido muy feliz a tu lado. Pero, repito, ahora necesito tiempo, espacio y llorar. Me molesta que te enfades porque lloro. Te he perdido. He perdido a la que pensaba que sería la persona con la que iba a envejecer. Necesito llorar un tiempo, para que salga el dolor... es mi manera de alejar los "fantasmas" que ahora no me dejan ver las cosas claras. Y necesito que lo entiendas, y que entiendas que, aunque me digas que vas a estar ahí cuando te necesite, NECESITO NO NECESITARTE. Es extraña la frase, pero es la realidad. Necesito acostumbrarme a estar sin ti como pareja, para poder estar contigo como amiga. Y para eso, las dos sabemos que debemos alejarnos la una de la otra. Más bien, yo de ti. No quiero que pienses que no te echo de menos. No quiero que pienses que te culpabilizo de todo. Sé que yo también me he equivocado en cosas. Y aunque ahora ya no sirva para "nosotras", intento ponerles solución para mí. No quiero que creas que eres "la mala", porque sé que las cosas que han pasado, han pasado y punto. Sé que nada de lo que has hecho lo has hecho para hacerme daño. Sé que no eres mala persona, que no quieres herir. Te conozco, y sé que no eres así...
No me queda mucho más que decirte... Sólo que espero que podamos hablar algún día tranquilamente, frente a un cortadito, o un helado, o una cerveza, o lo que nos apetezca, y mirarnos a la cara, sonreir y saber las dos lo felices que fuimos juntas. Te voy a querer siempre, aunque cambie la forma. Porque sí, todos y cada uno de los días que he pasado a tu lado, me he sentido afortunada. Cuando éramos amigas, porque lo éramos; y cuando hemos sido pareja, porque te he querido como no he querido a nadie. Sólo espero poder retroceder en mis sentimientos y poder recuperarte como amiga en mi mente. Dame tiempo para ello, por favor.

Un abrazo gigante.

Siguen pasando los días. Me refugio en mi trabajo, en mis amigos, en mi gato, en la tele, en el pc, en hacer cosas en casa... No sé si he hecho las cosas bien. No sé si debería haber intentado una reconquista por todo lo alto. No sé si ella esperaba que lo hiciera, o si por el contrario lo único que pretendía era hacerme el menor daño posible, sabiendo que no había nada que hacer por mi parte.
Cuando estoy en casa, sola, de repente noto cómo empiezo a tener sensación de ansiedad. No sé si es sano o no, pero me caliento la cabeza una y otra vez con el tema. De hecho, sé que no lo es. Porque es cuando me paro a pensar cuando tengo esa sensación de ansiedad.
Ahora me da miedo todo. Me da miedo volver a conocer a otra persona y volver a sentirme engañada. O menospreciada (que también lo he sentido). Me asusta volver a empezar a sentir algo por alguien, ilusionarme, sentirme feliz y que de repente todo eso se venga abajo como un castillo de naipes. Sé que aún es pronto, que tengo que pasar un periodo de "duelo", en el que mi corazón y mi mente se recuperen del dolor...
A veces me llega a sorprender la raza humana. Más en concreto, mi propia persona. Hace más o menos un mes que lo dejamos, y es curioso porque es la primera vez que no recuerdo una fecha exacta. Quienes me conocen saben que eso es muy extraño en mí. Recuerdo fechas estúpidas (y otras no tanto); pero no recuerdo qué día me dejó. Quizá es porque, muy en el fondo, en mi fuero más interno, sabía que me dejó hace mucho, mucho tiempo, y que no hay una fecha que recordar. Seguiré recordando el 24 de Agosto como uno de los días más bonitos de mi vida... pero no recordaré el día en que se rompió definitivamente. Supongo que es bueno... Recordaré lo que me hizo feliz, pero no podré hacerlo con lo que me hizo daño. Así, quizá, algún día podré llegar a perdonarme a mí misma por no haber sabido hacerla feliz...
Creo que la próxima entrada de este blog lo haré bajo otro nombre distinto. Ya no se llamará Mi Mundo. Cuando empecé a escribir aquí, fue porque mi mundo era ella... ahora ya no lo es. Sí, lo cambiaré. De hecho, voy a hacerlo ya.

Siendo repetitiva con el tema, sé que ahora es difícil verla como mi amiga. Quiero pensar que llegará un momento en que mi relación con ella será como lo es con Karlos, de amistad, porque ha sido una persona muy importante en mi vida. Pero lo que pasa es que, aunque sé (o quiero pensar) que no es así, el verla a ella tan entera, tan "pasando" de todo, haciendo su marcha sin mí, junto a otra persona (junto a ESA persona), es lo que peor llevo de todo. Quizá si realmente ella estuviera sola, si no tuviera la sensación de que me ha mentido desde hace mucho tiempo, sería diferente. No sé si más o menos fácil, pero sí distinto. Pero ella me juró y perjuró que necesitaba un tiempo para estar sola, aclararse ella, buscarse a sí misma por decirlo de alguna manera... y resulta que lleva desde que lo dejamos viéndose con él. Y eso me hace sentirme engañada. Muy engañada.
No me considero una persona rencorosa, pero que me engañen lo llevo bastante mal. La primera lo consiento, intento perdonar y olvidar... pero sentirme engañada otra vez me hace pensar en que quizá no merezca la pena... Y eso me hace sentirme mal. No quiero pensar que la persona con la que he compartido los últimos dos años y medio no vale la pena. Porque la he querido muchísimo. La he amado muchísimo. Y de hecho, aún la quiero. No quiero que se convierta en una de esas personas que pasan por tu vida, y desaparecen... Aunque ahora lo necesite.
Qué jodido es esto de TENER que dejar de querer a alguien...

Hoy cambio el tono del blog. Hoy no hay sitio para tristeza, ni llanto, ni desesperación ni pena. Hoy sólo tengo sitio para hablar de esas personas que están ahí, y que aunque siempre lo han estado, hoy no puedo más que dedicarles el post.

Gemma: Mi mari. Gracias por estar siempre ahí. Por tus "Mari, eres gilipollas. Y perdona la confianza". Por escucharme siempre, aunque no sepas a veces qué decirme. Por aguantar horas y horas de llanto. Por el abrazo del otro día en mi cocina. Por llamarme sin esperar a que te llame. Por preguntarme cómo estoy, pero sin preguntarlo. Por darme siempre tu opinión, aunque a veces duela un poquete. Por hacerme sentir siempre mejor, aunque empecemos la conversación sintiéndome una mierda.

Paco: "¿Qué haces esta tarde?" Y aún no he terminado la frase y ya estás volando a mi casa. Gracias por tenderme siempre la mano. Por escucharme llorar una y otra vez y morderte la lengua mil y una veces. Por pasarte aquí las horas muertas, con tu mano sobre mi rodilla, apoyándome, aguantándome y animándome. Por preguntarme directamente qué pasa, sabiendo que te va a conducir a 2 horas de explicaciones y elucubraciones. Por hacerme reír.

Mi Bicho: Gracias por reñirme. Por decirme lo que nadie más se atreve. Por venirte a casa a cenar, sabiendo que estás muerta de sueño y no puedes con tu alma. Por mirarme a los ojos y decirme "Teta, no llores. Tú vales mucho". Por no juzgarme. Por quererme tal y como soy, aunque a veces se te escape un "eres tonta". Por tus abrazos.

La Tiii: Aunque sé que esto no lo leerás jamás, gracias, tía, por enfadarte. Por no mostrar ni una sola vez debilidad. Por ser siempre esa mujer fuerte que yo también quiero ser. Por echarte agua con una manguera al brazo cuando se te prende fuego. Por la "confesión" sin darte cuenta. Por preocuparte siempre por cómo estoy, y llamarme para que vaya a comer contigo. Por ser como mi segunda madre, pero sin el como. Por haber sido la única persona con la que he convivido que no me ha reprochado nunca nada. Por llamarme Lore aunque lleve 29 años pidiéndote que no lo abrevies. Y por llamarme "tesoro" cuando hablamos por teléfono.

Y estos sólo son 4... hay mucha más gente... pero es que ya me he puesto a llorar. No tengo motivos para sentirme sola. Gracias a ellos, los días poco a poco se van haciendo más llevaderos. Gracias de verdad, a todos.

Me ansio. Que dicho así, suena a chiste; pero es la verdad. Estaba tumbada, a punto de quedarme dormida, y de repente me ha venido a la cabeza. Y he notado como empezaba a acelerarse el corazón, a sentir cómo se me cerraba la boca del estómago, a apretar los dientes, a sentir ardor, a cómo la mala leche me invadía...
Sé que la solución es simple: evitar pensar en ella. Pero a la vez, es muy complicado. Cuando menos me lo espero, ahí está. Y se me llevan los demonios. No lo puedo contener. Cuando pienso en cómo estábamos y en cómo estamos ahora me come la rabia.
Sé que el amor es ciego, y a veces idiota, y no es racional lo que pienso muchas veces, pero cuando comparo lo que yo soy por lo que me ha cambiado me altero aún más. Él mismo se ha definido siempre como un "loser". Y yo aquí, mientras tanto, dándole vueltas una y otra vez a lo mismo. ¿¿¿¿¿¿Qué coño le dará, o le hará, o le dirá, para que le haya preferido a él?????? Es que no puedo dejar de pensar en eso... Y aún me pongo más nerviosa. Porque no lo sé. No sé qué tiene él que no tenga yo. No sé qué comparte con él que no pueda compartir conmigo. No sé qué cosas son las que me hacen tan insoportable a sus ojos. Ella me dijo en su momento que eran detalles, y que no me los iba a decir porque si no me daba yo sola cuenta, es que no valía la pena ni que lo intentara. Y vueltas otra vez a lo mismo. ¿Qué he hecho tan mal para llegar a este punto? Pues no lo sé. No lo sé, y quizá no lo sepa nunca.

¿De verdad algún día dejaré de pensar en ella?

Sé que sí. Ya he pasado por esto antes. Pero sigue pareciéndome imposible que vaya a pasar.

Y la he vuelto a cagar. Esta mañana me ha llamado diciéndome que no quería despertarse una mañana y darse cuenta de que llevaba 7 meses sin saber nada de mí. 48 horas hace que le pedí un tiempo para acostumbrarme a la nueva situación. Y después de pasar el fin de semana autoconvenciéndome de que lo mejor era mantenerme alejada de ella, después de repetir una y otra vez que cuando quisiera venir a casa a recoger sus cosas me iría para no verla y no tener malos rollos ni malas sensaciones, esta tarde ha venido y me he quedado. Y el resultado ha sido una bronca bochornosa en la que al final he acabado perdiendo los papeles y repitiendo el mismo error de siempre: hacer las cosas sin pensar y sin valorar las consecuencias.

Ha venido, hemos hablado, hemos medio discutido por un tema repetitivo que me resulta ya cansino: el hecho de que mi ex- y yo nos hablemos. Le he dicho que me da la sensación de que saca el tema para picarme, y ella me ha dicho que simplemente piensa que él es mala persona. Yo no lo creo así. También ha comentado, así entre dientes y con la boca pequeña, que a ver cuánto tarda ahora él en dejar a su actual novia... Y otra vez a vueltas con lo mismo: que sólo es su opinión y que la tengo que respetar, pero que él se ha portado muy mal con ella y que no quiere saber nada de él. Cuando dice que se ha portado mal supongo que se refiere a que él, en un momento dado, vino y me contó que me estaba poniendo los cuernos. Supongo que se ha portado mal con ella porque la descubrió y, en lugar de guardar silencio hacia esa mentira que ambos me negaban, valoró mi amistad con él, esa que hemos tenido antes, durante y después de ser pareja, y no le salió de las narices ver cómo me estaban toreando. Supongo que es a eso a lo que se refiere. No me vale lo de que han habido muchas más cosas. Hazme una lista, enuméralas, pero no dejes en "cosas" todo lo que tienes dentro. Me dice que es que durante mi relación con ella, él siempre estuvo por encima. O por lo menos ella tiene esa sensación. Nos peleamos infinidad de veces por eso; ella no quería que quedara con él, porque no era santo de su devoción, y le molestaba el simple hecho de que al vernos nos diéramos un abrazo, porque luego olía a su colonia. Compartí mi vida con él durante 6 años como pareja, y después hemos seguido siendo amigos. Le daba un abrazo porque es una de esas pocas personas a las que les doy un abrazo cuando les veo. No todo el mundo sabe dar abrazos fuertes, de esos que sin decírtelo te están diciendo que te quieren y que están a tu lado. Y él sabe darlos, y a parte de todo, a mí me sale de los huevos dárselo cuando le veo.

Pues bien, después de todo esto, después de esa mini-discusión en la que hemos retomado las riendas de la civilización y hemos seguido hablando, la he acompañado a la puerta; me ha dicho un "ya me llamarás, si quieres", sin mal tono, simplemente dándome a entender que respetaba la decisión de que estuviéramos un tiempo sin vernos y sin contacto. Le he dicho que en un tiempo no la llamaría, no porque no tuviera ganas de hacerlo, sino porque me había hecho el firme propósito de ello. Me ha dicho que no le parecía una reacción "lógica", creo que han sido sus palabras. Y mientras le estaba diciendo que volviéramos al salón y me explicara el por qué no lo veía lógico, ha pasado lo que no quería que pasara. Le ha sonado un mensaje en el móvil. El móvil al que sólo le llamo (o llamaba) yo. Y ÉL. He abierto la puerta y le he soltado un "mira, mejor no me lo expliques, lárgate, con él o a tu puta casa, pero vete de aquí". Tal cual he terminado la frase me he arrepentido, he cerrado la puerta y no la he dejado salir. Ella se ha puesto a llorar diciéndome que la estaba echando. La he "obligado" a dejar bolso y mochila, la he llevado al comedor y le he pedido disculpas. He vuelto a verme obligada a dar explicaciones sobre mis sentimientos: "No quiero echarte, porque de haber querido apartarte de mí te hubiera echado hace una semana, pero entiende que a mí me duele y no es sano para mí saber que, después de estar aquí, te vas con él a hacer lo que te venga en gana, porque para eso ya no estamos juntas. Ahora puedes hacer lo que quieras; pero no quiero saberlo. No necesito saberlo. Entiende que no es fácil quedarme aquí, sola, mientras sé que tú te vas corriendo a contarle a tu nuevo "amigo" lo mal que te hace sentir quedar conmigo, para que él te abrace y te haga mimitos. Entiendo que no soy capaz de ponerme en tu situación, y que sólo tú sabrás cómo lo estás pasando... pero realmente me quedan serias dudas de si lo estás pasando realmente tan mal, porque mientras yo me quedo aquí jodida tú estás haciendo tu marcha y sintiéndote querida por él. No quiero que esto pase entre nosotras. Yo tampoco quiero perderte". Se ha calmado, nos hemos fumado un cigarro, y al final se ha marchado, reprochándome que esa es una de las cosas que no soporta de mí, mis "arrebatos". Que hago las cosas sin pensar y luego pido disculpas. Pues sí, mira, esta vez ha sido así. Y tiene razón. Lo de mandarla a su puta casa sobraba.

Pero es que empiezo a pensar que, mientras ella trata de ponerme a mi ex- de perverso y pérfido, el otro es un pedazo de cabrón. Porque me juego la mano derecha a que ella le había dicho que iba a estar aquí, conmigo. Y el tío ha tenido los santos cojones de mandarle un mensaje, sabiendo que yo me voy a enterar, y que me va a doler, y que me va a hacer sentir como una pedazo de mierda. Y que me voy a enfadar, y que probablemente llore... ¿Realmente se cree que soy idiota? Quizá simplemente el idiota sea él...

No sé qué pensar ya. Estoy cansada de esta situación. Necesito algún tipo de estabilidad emocional. Con o sin ella. Empieza a darme igual, y me da más miedo que otra cosa. ¿Tan poco la echo de menos ya? No, no es eso. Sigo echándole de menos muchísimo; cuando se acerca la hora de que ella salga de trabajar miro instintivamente el reloj, y más de un día, al ver que eran las 8 de la tarde y no me había llamado para decirme si había salido del trabajo, he tenido que rebobinar y recordar que es que ya no lo va a hacer. No es que la eche poco de menos. Es que ha llegado un punto en que tengo los sentimientos aturullados, y darle vueltas una y otra vez a la situación lo único que me sirve es para mosquearme. Y en ese punto estoy. Enfadada como una mona, yo sola, una vez más. Por cómo he reaccionado ante el simple sonido de un puñetero sms.

A veces me pregunto cuántas veces hay que repetir el mismo fallo para conseguir evitarlo. Porque yo debo de llevar como 2 trillones de veces el mismo: PIENSA, COÑO. Antes de hablar, antes de hacer las cosas. PIENSA. Evita el tener que pedir disculpas, narices. Pues no, ahí, erre que erre, otra vez contra la misma piedra.

Resumiendo: 1. Tengo que aprender a controlar mis emociones. No por ella. Por mí, porque algún día me partirán la cara. 2. Tengo que aprender a no mirar el reloj cuando llegan las 8 de la tarde. 3. Tengo que hacer MI VIDA. Igual que ella ahora hace la suya. Y a lo mejor un día la llamo y le digo: mira, que me apetece quedar, tomarme un café y presentarte a mi pareja. O a lo mejor no. Pero tengo que salir de este círculo/espiral/bucle sentimental, porque a mí me va a destrozar la cabeza.

Hoy le he pedido que no nos veamos durante un tiempo. Me duele muchísimo haber tomado esa decisión; me duele muchísimo saber lo que implica y lo que significa... pero es que me duele más todavía verla y no poder besarle. Me duele aún más esperar a que ella se gire, me mire a los ojos y me diga que todo se va a solucionar y que todavía queda esperanza para nosotras. La he besado esta tarde... y ella no quiere que la bese. No ha respondido a ese beso... pero yo tampoco he sentido lo mismo. Me ha impactado tanto que se lo he dicho. No siento lo mismo al besarle... porque ahora lo que siento es rabia, celos, envidia, enfado... y todo eso está concentrado en el sabor de sus labios. Está besando a otra persona, y si no lo está haciendo, quiere hacerlo. Está alejándose de mí cada vez más. Sus ojos y los míos ya no tienen esa complicidad que tenían antes. Cuando le he dado un abrazo, ya no he sentido el calor que sentía antes... Ahora todo ha cambiado. Ahora sé que ella no quiere estar conmigo. No quiere que sea yo quien le arrope por la noche cuando se destapa mientras duerme. No quiere que sea yo la que le acaricie el pelo. No quiere que le seque las lágrimas cuando llore, ni que sea yo la que le haga reír. Se ha levantado un muro entre nosotras, de dolor y sufrimiento. Y ese muro ahora mismo me parece insalvable. Y para que en algún momento ese muro caiga, necesito tiempo. Necesito espacio también para mí. Ahora también soy yo la que necesita pensar muchas cosas, la que necesita plantearse la vida de otra manera. Sin ella. Aunque ahora crea que es imposible dejar de pensar en sus labios, en sus ojos, en su sonrisa, en sus manos, en su forma de plantear soluciones sencillas a problemas que a mí me parecían inmensamente complejos... en su forma de complicar las cosas cuando a mí me parecían tremendamente sencillas... En su forma de ser y de sentir. En su forma de hablar y de callar... Tengo que apartar tantas cosas de ella de mí misma, que a veces tengo la sensación que no va a haber forma de llenar el vacío que ella deja tras de sí. Porque no sabía que me había llenado tanto, hasta que la he perdido. Sigo echándola muchísimo de menos...

Ayer estuviste recogiendo tus cosas. Poco a poco la casa se va vaciando de ti. Pero aunque no queramos ninguna de las dos, seguirás estando aquí. Seguiré sentándome en el sofá y echándote de menos. Seguiré metiéndome en la cama buscando tus pies fríos. Seguiré mirando la cómoda buscando tu pijama. Seguiré escuchándote llegar aunque no llegues nunca. Seguiré cocinando para dos (o para cuatro). Seguiré yendo a comprar y pensaré en lo que te gusta y lo que no. Seguiré yéndome a trabajar con la sensación de que me falta algo sin haberte escuchado decir "Te quiero". Seguiré contando las horas que pasan sin ti. Seguiré yendo a mi psicóloga para que me enseñe a no estar contigo. Y aunque ahora sea absurdo, seguiré esperando que llegue ese día en que me digas que quieres estar aquí conmigo.

Te echo tanto de menos...