24.3.11

Esta vez, Goñi.

0 comentaron que...
No me gusta la gente orgullosa. Ni los malintencionados. Tampoco los que buscan siempre su propio beneficio. Ni los que se benefician de los demás. No me fío de la gente dogmática, ni tampoco de los que utilizan como excusa el "es que yo soy así" para no intentar mejorar. No creo en la gente que no cree en nada. Ni en los que creen en todo. No quiero a mi lado a gente que se pone a sí misma como ejemplo a seguir. Ni a los que creen que saben dar un consejo y están dando una orden. No busco a personas con miedo a ser quienes son. Ni a los que alardean de ser quien han llegado a ser. No me gusta la gente que rebaña el plato con avaricia. Ni los que se levantan maldiciendo en arameo. Ni mucho menos, los que se consuelan con aquéllo de "mal de muchos...". Para mí eso siempre fue una epidemia. No quiero compartir ni un momento con gente que no le importa hacer daño. O que disfruten de ello. No me gustan las personas "sinceras apisonadoras", nuevo término recién acuñado por mi mente somnolienta. Los que dicen la verdad, caiga quien caiga, sin tener el más mínimo miramiento ni diplomacia. No me gustan los que pecan de callar demasiado por no saber cómo decir las cosas. No quiero a los que pasan por alto a todo y a todos por ser "ellos mismos". No me gustan los que critican a las espaldas y luego dicen "a mí no me gusta hablar...". Si pudiera elegir, no me acercaría jamás a los que invaden tu espacio personal cuando te hablan. No me gusta la gente intransigente, ni los hipócritas, ni los intolerantes. No me gusta la gente que mira "sospechando", aunque sea miope. No me gusta la gente que cree que todo es blanco o negro, y dejan de lado una escala de grises y colores inmensa. No me gusta la gente que no entiende de convenciones sociales y siempre acaba liándola. Ni, por supuesto, me gusta la gente que juzga sin conocer.

Sé que tengo más de uno (y de dos) de los puntos anteriormente mencionados. Intento trabajar sobre ello. Y poco a poco va saliendo algo.



1.3.11

3:00 p.m.

0 comentaron que...
Hoy he tenido que acompañar a una mujer que no conocía de nada a su casa, porque llevaba tal borrachera encima que no se tenía de pie. A las 3 de la tarde.

Me ha dicho: "Es que soy alcohólica, y estoy en rehabilitación...". Me ha salido del alma cuando le he dicho: "Pues hoy no se te está dando bien...".

Y llevo toda la tarde preguntándome qué le lleva a una persona a acabar en ese estado. Qué hace que una mujer de unos 40 años beba hasta ese punto. No soy capaz de encontrar razones "convincentes". Todos tenemos problemas. Sé que hay gente en peores situaciones que la mía, y que mi empatía en este caso me falla... pero es que de verdad que no puedo imaginar qué le pasa a alguien por la cabeza para llegar a ese estado. Era increíble el melocotón que llevaba encima, dando bandazos, se ha caído delante de mí (por eso he decidido que la acompañaba a casa), no podía ni subir ni bajar los escalones de la acera... Increíble, de verdad.

Así que hoy, desde mi sofá, calentita, sobria, con mi trabajo, con mi familia que me quiere, con mis amigos (que aunque alguno me diga fea de vez en cuando sé que me quieren también), con mi gato, con mis ganas de aprender y de enseñar, con mi "rica" vida interior, he de decir QUÉ AFORTUNADA ME SIENTO, porque pese a todo, pese a lo bueno y lo malo que hay en mí, no siento la necesidad ni por asomo de beber, de evadirme de problemas con pastillas, drogas o sucedáneos, porque tengo gente que me apoya a mi alrededor, porque nunca dejan que me sienta sola, porque las veces que me siento sola busco mi propia compañía y me sirve para mejorar, porque cuando me siento triste no tengo más que mirar lo que tengo y darme cuenta de que la suerte me acompaña.

 
Copyright © Far, far away...
Blogger Theme by BloggerThemes | Theme designed by Jakothan Sponsored by Internet Entrepreneur