Siguen pasando los días. Me refugio en mi trabajo, en mis amigos, en mi gato, en la tele, en el pc, en hacer cosas en casa... No sé si he hecho las cosas bien. No sé si debería haber intentado una reconquista por todo lo alto. No sé si ella esperaba que lo hiciera, o si por el contrario lo único que pretendía era hacerme el menor daño posible, sabiendo que no había nada que hacer por mi parte.
Cuando estoy en casa, sola, de repente noto cómo empiezo a tener sensación de ansiedad. No sé si es sano o no, pero me caliento la cabeza una y otra vez con el tema. De hecho, sé que no lo es. Porque es cuando me paro a pensar cuando tengo esa sensación de ansiedad.
Ahora me da miedo todo. Me da miedo volver a conocer a otra persona y volver a sentirme engañada. O menospreciada (que también lo he sentido). Me asusta volver a empezar a sentir algo por alguien, ilusionarme, sentirme feliz y que de repente todo eso se venga abajo como un castillo de naipes. Sé que aún es pronto, que tengo que pasar un periodo de "duelo", en el que mi corazón y mi mente se recuperen del dolor...
A veces me llega a sorprender la raza humana. Más en concreto, mi propia persona. Hace más o menos un mes que lo dejamos, y es curioso porque es la primera vez que no recuerdo una fecha exacta. Quienes me conocen saben que eso es muy extraño en mí. Recuerdo fechas estúpidas (y otras no tanto); pero no recuerdo qué día me dejó. Quizá es porque, muy en el fondo, en mi fuero más interno, sabía que me dejó hace mucho, mucho tiempo, y que no hay una fecha que recordar. Seguiré recordando el 24 de Agosto como uno de los días más bonitos de mi vida... pero no recordaré el día en que se rompió definitivamente. Supongo que es bueno... Recordaré lo que me hizo feliz, pero no podré hacerlo con lo que me hizo daño. Así, quizá, algún día podré llegar a perdonarme a mí misma por no haber sabido hacerla feliz...
Creo que la próxima entrada de este blog lo haré bajo otro nombre distinto. Ya no se llamará Mi Mundo. Cuando empecé a escribir aquí, fue porque mi mundo era ella... ahora ya no lo es. Sí, lo cambiaré. De hecho, voy a hacerlo ya.