14.12.11

Soltando lastre

Sé que me va a costar escribir esto... pero allá voy.

No sé si debería escribir esto. O no. O no sé.

Ha pasado el suficiente tiempo como para que, por lo menos, quiera hacerlo.
Creo (y digo creo porque ella ya sabemos lo bien que expresa sus sentimientos... o por lo menos conmigo le cuesta) que es feliz. Ahora. Contigo. Espero que sepas ver en ella lo que yo no supe ver. Es más, espero que sepáis complementaros y apoyaros como nosotras no supimos. Quiero que sea feliz... aunque no sea conmigo (grande, Bunbury). Ella ha sido una parte de mi vida, la aprecio, la quiero y me gusta haber encontrado ese término medio en el que poder ser, otra vez, su amiga. Atrás quedan las lamentaciones y los momentos de debilidad en los que me moría por estar con ella y te odiaba (y me odiaba) porque no era así. Ahora sólo quedan los momentos en los que me gusta quedar con ella, tomar un café y contarnos qué tal nos van las cosas.

Es raro. Lo sé.

Pero ya no te odio. Ya he dejado atrás la etapa en la que evitaba cualquier sitio donde remotamente pudieras estar por miedo a no saber qué hacer cuando te viera. Nada bueno, repetí muchas veces.
No te asustes. No pretendo, ni quiero, ni necesito, ni espero ser tu amiga ahora. Pero necesito descargar este peso de encima de mí. No quiero tener la sensación de odio sobre mis hombros. Y contigo, la tenía. Y ahora que me he dado cuenta de que los años, el respeto, los buenos sentimientos y las buenas actitudes a veces no valen para nada, y que aunque no quieras hay personas que acaban apartándose de tu lado por mucho que te esfuerces, no quiero que mis sentimientos hacia las personas que están alejadas de mí, por los motivos que sean, hagan que tenga la conciencia ni un mínimo más intranquila de lo que debería estar. Si alguien está alejado de mí, repito, sea por los motivos que sea, quiero tener la sensación de haber dejado las cosas solucionadas y que cada uno continuó su camino. Sin rencor. Aunque no se olvide.

Hay veces en las que, aunque pongamos todo de nuestra parte, no salen las cosas como esperamos. Ni como queremos.

Así que, aquí estoy. Escribiendo esto a las 4:03 de la mañana, porque me he despertado y, supongo que con el subconsciente puesto en esta tarde, he pensado en ti. En que fuimos amigos y ahora... pues ahora ya no. No hay culpables, ni vencidos. Ni mejores, ni peores. Sólo elecciones y hechos. Quizá con el tiempo podamos hablar esto. No lo sé. Pero quiero que sepas que no te deseo ningún mal. No pretendo que las cosas se te tuerzan y acabes vagabundeando por las calles. Quiero que seas feliz. Al menos, que te vaya lo suficientemente bien todo como para intentarlo, y sentirlo de vez en cuando.

Espero que leer esto te dé, al menos, una pequeña sensación de "paz". Ya tienes un enemigo menos. Renovarse o morir... y a día de hoy, aún no sé qué quiero que pongan en mi epitafio.

Nos vemos.

PD: Si ves a ese chico que un día nos presentó, coméntale que, si en algún momento cambia de opinión, puede ponerse en contacto conmigo. Medios tiene (móvil, sms, correo ordinario, e-mail, facebook, twitter, palomas mensajeras...). A pesar de todo, y de ella, sigo considerándole un tío cojonudo, que ha tenido mala suerte en sus últimas elecciones. Y si me necesita, aunque lo dudo, aquí estaré.

0 comentaron que...:

 
Copyright © Far, far away...
Blogger Theme by BloggerThemes | Theme designed by Jakothan Sponsored by Internet Entrepreneur