Estoy agobiada y enfadada conmigo misma. Y con el gato. Y con los de la falla de al lado de casa, que están celebrando San Juan con una verbena. Y con el libro que me estaba leyendo, porque se ha terminado. Y con la tele, porque no hacen nada que se pueda ver a estas horas. Y con ella, porque ya no me quiere. Y conmigo misma, porque no me quiero lo suficiente.

Así que busquemos soluciones:

- Mañana se habrá terminado la verbena.

- El gato mañana no se comerá más cables (espero).

- Hay más libros que leer.

- La tele mañana emitirá otras mierdas.

- Ella no me va a querer otra vez, así que SUPÉRALO DE UNA PUTA VEZ.

- Y QUIÉRETE MÁS, COJONES.

Para este último apartado, voy a hacer una reflexión estúpida: Habiendo tanta gente creída por el mundo, y yo no soy capaz de decirme cosas bonitas. Tengo que aprender a hacerlo, porque necesito dejar de verme fea, gorda y estúpida, así que allá va:

- BONITOS OJOS TIENES, COÑO

- Y qué pelo tan chulo.

- Y, utilizando las palabras de otro: Tienes unas tetas que no te las mereces.

Así que se acabó. Mañana será otro día, en el que celebraremos el cumple de mi mami. Me pondré las pinturas de guerra para cuando mi padre se ponga a hacer fotos. Y después, Dios proveerá.

A partir de aquí, a la cama, a dormir. Y si no tengo sueño, contaré ovejas. Y si no me sirve, me inventaré discusiones en las que siempre gano. Y si no, pues otras en las que siempre pierda. Y si no, miraré al techo. Pero doy por terminado el día (de mierda, por cierto).