20.2.08

Cambios, Bécquer y Amparo Ros

Cambios... Han habido muchos cambios en los últimos 3 meses.
No he cambiado de trabajo, no he cambiado de casa, no he cambiado de color de pelo... pero sentir cómo cambias por dentro, cómo de repente te das cuenta de que todos tus valores, los que tenías claros y los que no, se tambalean, y haciendo verdaderos equilibrios consigues mantener alguno a flote, hace que todo lo que te rodea sea tan diferente...

Cuando de pequeña me "obligaban" a leer en el colegio (nunca lo agradeceré bastante) libros que en aquellos entonces me parecían soberanas estupideces, que me hacían pensar que un tal Bécquer estaba ciertamente para visitar a un loquero, no llegaba a entender de lo que me hablaban. Nunca llegué a entender lo de la pupila, ni lo de que el sol se nublara eternamente... Hasta que un buen día, una pupila (verde, en este caso) me miró... Sentí cómo se clavaba... y no dolía; sentí cómo no podía evitar pensar que esa mujer que tenía delante era lo más bello que había podido ver jamás. Me di cuenta de lo idiota que había sido al menospreciar lo que aquel Gustavo escribió, colgado hasta las orejas de una tal Julia Espin...

Me di cuenta de que cuando te enamoras de alguien, no puedes evitar pensar que eres el ser más afortunado de la tierra, que cuando te enamoras de alguien no hay pensamientos racionales que valgan (por mucho que un psicólogo diga que están ahí), que cuando tienes cerca a esa persona no hay nada, absolutamente NADA, que sea más importante que el hecho de sentir el calor de su piel y el olor de su pelo. No hay nada que se asemeje al pensamiento de felicidad al tenerle al lado. Y por supuesto, no hay pensamiento que se asemeje más a la locura que cuando la posibilidad de perderle planea sobre ti.

Ahora entiendo por qué mi profesora de Literatura del colegio, cuando me "leía la cartilla" porque iba renqueando todo el curso y yo le soltaba que "la literatura era aburrida", me decía que no había nada más apasionante que los sentimientos humanos, y sobre todos ellos, el amor...

Normal. Me siento como Bécquer (salvando las distancias, dios me libre!!). Me siento enamorada. Siento que puede pasar cualquier cosa, que el sol se nublará o se nos podrán secar las playas de mi Valencia querida, pero, mi niña... Creo que nunca podré dejar de pensar en ti.

1 comentaron que...:

Anónimo dijo...

RIMA XIV

Te vi un punto, y, flotando ante mis ojos,
la imagen de tus ojos se quedó,
como la mancha obscura, orlada en el fuego,
que flota y ciega si se mira al sol.

Adondequiera que la vista fijo,
torno a ver tus pupilas llamear;
mas no te encuentro a ti; que es tu mirada:
unos ojos, los tuyos, nada más.

De mi alcoba en el ángulo los miro
desasidos fantásticos lucir;
cuando duermo los siento que se ciernen
de par en par abiertos sobre mí.

Yo sé que hay fuegos faustos que en la noche
llevan al caminante a perecer:
yo me siento arrastrado por mis ojos
pero a donde me arrastran, no lo sé.

 
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